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Power Girl/Wonder Woman: Esclavas de Warlord	By : BrokenDarkFantasies Category: DC Verse Cartoons >no category yet > no category yet Views: 3612 -:- Recommendations : 1 -:- Currently Reading : 4
Disclaimer: No soy dueño de DC, Marvel ni God of War ni de ninguno de sus personaje.

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La humedad del calabozo se volvía casi insoportable. Ya habían pasado cerca de una semana desde que todo había comenzado. Warlord se iba turnando para violar a Power Girl un día, a Wonder Woman el otro, y volvía a empezar. Varios moretones acompañaban los cuerpos de las mujeres, cuyos espíritus poco a poco iban resquebrajándose. Finalmente llegó la hora de una nueva sesión de violaciones, por lo que la puerta del lugar empezó a abrirse y Warlord ingresó al lugar.
—¿Cómo amanecieron mis putas? —preguntó el varón, con una gran sonrisa y una aún más grande erección.
—Mátame —pidió Diana—. Mátame. Porque te juro que yo lo haré si tengo la oportunidad.
—De hecho, vengo justamente a eso —aseguró Warlord, alarmando a las heroínas—. Les tengo una propuesta: quiero un trío. Si no aceptan, las mataré.
—Pues hazlo —exclamó Diana—, porque nunca accederé a tener sexo contigo.
—Ahí es donde te equivocas, perra. Ya que fuiste la primera que se negó, mataré a la rubia tetona después de violarla por última vez. Y te conservare a ti como mi puta por mucho tiempo más.
—¡No! —gritó Diana, intentando impulsarse hacia adelante pero siento inútil por sus cadenas—. ¡Mátame a mí!
—Así no funciona el juego —afirmó Warlord mientras se acercaba a una furiosa Power Girl.
—Espera —pidió Diana, tras lo cual miro a Karen como si buscara una respuesta.
—No te culpare si te niegas, Diana —afirmó Power Girl, mirando por un momento a su compañera.
—¿Tú qué harías? —preguntó Diana, con la voz temblando.
Karen guardo silencio. La respuesta para ella era obvia, pero no sabía como decirla sin afectar a su compañera. Sabía que si lo hacía la empujaría a hacer justamente lo que Warlord quería.
—Aceptaría —dijo finalmente, antes de agachar la mirada—. Pero tú no tienes que hacerlo.
Diana quedó consternada. La simple idea de aceptar tener sexo con Warlord le revolvía el estómago, pero tampoco toleraba la idea de provocar la muerte de su compañera. La reina apretó con furia los dientes antes de finalmente responder.
—Tú ganas, hijo de puta. Aceptó tener sexo contigo.
—Perfecto, pero hay algo que no entendieron: es un trío. No sólo deberán tener sexo conmigo, sino también entre ustedes.
—Tú solo buscas humillarnos aún más de lo que ya lo has hecho —afirmó Power Girl.
—Busco satisfacer mis deseos, nada más —aseguró Warlord—. No debería ser humillante para ustedes hacer lo que esta en su naturaleza: satisfacer a un hombre.
—Cuando me libere… —exclamó Diana, pero fue súbitamente interrumpida.
—Vas a matarme —dijo Warlord—. Lo dices todo el tiempo. Pero ahora, vas a pórtate como una puta muy cariñosa si entiendes lo que les conviene.
Wonder Woman apretó con inmensa furia sus dientes, y estuvo a punto de gritar, pero Power Girl se le adelanto.
—Diana —habló la kryptoniana—, debemos soportar. Si permanecemos con vida, ganaremos tiempo para que nos rescaten.
—Blah, blah, blah —decía Warlord con aburrimiento mientras avanzaba hacia Power Girl.
El mercenario tocó unos botones en los grilletes de las heroínas, y las dos se vieron liberadas. Warlord retrocedió un poco sin dejar de verlas ni de sonreír, sabiéndose en control de la situación.
—Ahora, van a obedecer todo lo que yo les mande. Si no lo hacen, mataré a la otra, ¿entendido?
—Sí —respondió Diana, a regañadientes.
—Perfecto, ahora bésense.
Ambas heroínas se notaron sumamente incómodas y molestas ante aquella petición. Pero no queriendo que la muerte de la otra quedará en su consciencia, prefirieron obedecer.
Ambas heroínas se aproximaron, y las manos de la kryptoniana sujetaron con cuidado la cintura de la amazona. Sus grandes pechos se aplastaron entre ellos mientras sus labios se encontraban. El beso empezó suave y con delicadeza, con sus lenguas apenas rozándose. Y mientras más se besaban, se dejaban llevar un poco más por el pequeño calor que invadía sus cuerpos. Tanto que por unos instantes, olvidaron la situación en la que se encontraban.
—Se ve que lo disfrutan.
Las heroínas interrumpieron abruptamente el beso, y un pequeño temblor se apoderó de sus cuerpos. Ambas voltearon hacia Warlord, quien ya estaba desnudo y sostenía su enorme miembro erecto con su mano.
—De rodillas. Quiero que las dos me lo chupen.
Con furia y vergüenza en la mirada, ambas heroínas obedecieron sin quejas. Poniéndose de rodillas frente a su captor, el enorme miembro de este quedó en medio de las dos. Diana lo observaba sin saber cómo —o sin querer— proceder. Power Girl la tomó con cuidado de la nuca y la aproximó al costado del miembro mientras ella hacia lo propio. Abriendo la boca, la kryptoniana le frotó sus labios y lengua por todo el costado derecho del falo, siendo imitada rápidamente por Diana en el costado izquierdo. Las mujeres se movían a un ritmo bastante sincronizado. Mientras la lengua de Karen avanzaba hacia el glande del varón, la de Diana iba en la dirección contraria. Los gruesos labios de las heroínas daban pequeños chupones en medio de sus movimientos, y la saliva de ambas no tardo en bañar aquel grueso miembro. No pasó mucho hasta que Warlord tomó de la nuca a Mujer Maravilla y le hundió su miembro de una feroz embestida hasta la garganta. Power Girl de inmediato dirigió su atención a los testículos de su violador. El falo de Warlord golpeaba incesantemente la garganta de la reina de las amazonas, de cuyos ojos se asomaban algunas lágrimas. Su cabeza era movida de adelante hacia atrás por la fuerte mano del varón, sin que ella pudiera hacer algo para evitarlo. Al mismo tiempo, la kryptoniana besaba y chupaba con gran pasión los testículos del criminal, mientras sus manos se aferraban a las fuertes manos de este. Pero aquella posición no tardo mucho en cambiar, pues Warlord apartó a Wonder Woman de su falo y lo introdujo bruscamente en la boca de Power Girl. Diana entonces bajó hasta los testículos de su captor, y con algo de torpeza empezó a lamer lentamente sus testículos. Al mismo tiempo, la boca y garganta de Karen recibía sin mucho problema el gran miembro de su macho, sintiendo sus venas marcadas y sus palpitaciones. Apretando sus carnosos labios, se ayudó con su hábil lengua para provocarle el mayor placer posible. Warlord jadeaba de placer por las bocas y lenguas de sus esclavas, aunque notaba que Power Girl era más habilidosa. A diferencia de Diana, Karen movía su cabeza de forma voluntaria. El descomunal pene del violador era totalmente devorado por la dama de acero, que dejaba su rostro pegado contra la pelvis de su captor durante unos segundos antes de continuar su recorrido. Incluso se podían escuchar algunos gemidos ahogados por parte de la kryptoniana. Y así estuvieron un largo tiempo, hasta que el propio Warlord las detuvo.
—Sé que te gustaría tragarte toda mi leche, rubia —aseguró Warlord, con una leve agitación en la voz—, pero debes compartir con la otra puta. Abran la boca.
Warlord empezó a masturbarse delante de las heroínas, que apegaron sus rostros y abrieron sus bocas, a las espera de su recompensa por el placer que le dieron a su amo. Y finalmente una descarga inmensa y exagerada de semen golpeó los rostros y los pechos de las que alguna vez fueron las más grandes heroínas. Totalmente desnudas y recibiendo la semilla de su captor, las dos fieras guerreras se sentían completamente degradadas.
—Que hermosas y contentas se ven mis putas cerdas —habló Warlord, con orgullo—. Ahora, quiero que le comas el coño a la rubia mientras me desquitó con tu culo.
Diana apretó los puños con resignación, y de sus llorosos ojos brotaban el odio y la vergüenza. Karen, notando esto, intento ganar tiempo y posponer un poco el calvario de su compañera.
—Por favor —habló Karen—, quiero ir yo primero. Tómame primero.
—Adoro tu entusiasmo, puta, pero ya decidí. Y al menos que quieras que la mate, te acostaras en el suelo con las piernas abiertas.
Karen observó a Diana, quien con pesar asintió. La kryptoniana de recostó y extendió las piernas a los costados. La Mujer Maravilla de recostó encima de su compañera y paso sus manos por debajo de sus piernas, para obtener un mejor agarre. Aproximando su rostro al sexo de la kryptoniana, —y sin dudarlo mucho más—empezó a darle lentas y profundas lamidas. Los pechos de Karen subían y bajaban cada vez más rápido, dando muestra del placer que esta sentía. Mientras, Warlord se ponía de rodillas detrás de la amazona, con su grueso miembro apuntando al ano de esta. Le separó los glúteos con las manos, y sin ninguna lubricación la penetró de un solo movimiento. La reina soltó un grito de dolor, al que pronto le siguieron varios gemidos. Su ano, ya maltrecho por las violaciones anteriores, recibió nuevamente aquel grueso miembro que embestida hasta lo más hondo de su ser. Su voluptuoso trasero era golpeado constantemente por la pelvis y los testículos de su amo. Los gemidos de Diana se ahogaron mientras esta sumergía su rostro en la vagina de Karen, lamiéndola en profundidad. Con su boca, podía sentir el dulce sabor de la kryptoniana mezclado con los restos agridulces del semen de su captor. Los gemidos de Karen eran fuertes, y la pasión en su cuerpo brotaba de cada parte. Una de las manos de la amazona se posó sobre uno de los pechos de Karen, empezando a masajearlo. La mano de la kryptoniana bajo hasta la cabeza de su compañera, acariciándola suavemente. En contraste, las penetraciones de Warlord eran salvajes y potentes. El enorme trasero de Diana no dejaba de ser embestido, y el miembro de Warlord se movía cada vez más rápido. Finalmente, un gemido ronco dio lugar una enorme descarga de semen que inundó el recto de la reina.
Warlord se quedó quieto unos instantes antes de retirar su miembro, provocando que bastante de su semen brotara del maltrecho ano de su esclava.
—Rubia, ahora te toca a ti darle placer a la cerda de tu amiga.
Power Girl salió de debajo de Wonder Woman —la cual se quedó en la misma posición— y se arrastró hasta quedar detrás de ella. Posó sus manos en los glúteos de la amazona y los separó, observando como el semen brotaba de su ano y caía hacia su vagina, y después al suelo. Sin más, acercó su rostro y le dio una lenta lamida que empezó en la vagina y subió hasta un trasero, limpiando los rastros de semen que allí había. Metiendo su rostro completamente en el trasero de su amiga, abrió grande la boca e introdujo su lengua en el recto de esta. Diana abrió grandes los ojos y no pudo evitar sentir un leve cosquilleo junto con una extraña sensación de placer. Las manos de la kryptoniana se afirmaron sobre el trasero de la amazona mientras la primera profundizaba el beso, haciendo que su lengua bailará dentro de su ano y recolectara cada pizca de semen. Las fuertes manos de Warlord apretujaban los glúteos de Karen mientras su potente miembro se frotaba por en medio de estos. Finalmente se sumergió en el recto de la heroína, y la embestida llegó hasta lo más hondo de su ser. Power Girl gimió profundamente por el placer, aferrándose a la piel de su compañera. Warlord la embestida con gran fuerza y brutalidad, como si fuera un animal en celo. Su miembro, aun bañado por los restos de   su semen, se deslizaba rápidamente por el recto de su más preciada esclava. Diana clavó sus uñas en el suelo y observó hacia atrás, notando como Karen movía en círculos sus caderas, y le acariciaba de forma sensual sus glúteos. Gozando por lo que estaba pasando, Power Girl no podía evitar que de su húmeda vagina gotearan los jugos de su orgasmo. Sus gemidos ahogados se mezclaban con los jadeos de Warlord y los gemidos de la amazona. Warlord se afirmó en las caderas de Power Girl y aceleró el ritmo de sus embestidas, provocando gritos en la kryptoniana. No pasó mucho más para que la semilla de Warlord inundara sus entrañas. Y al igual que hizo con Diana, se quedó un momento dentro de la kryptoniana para después salir completamente de ella.
Karen respiró agitada antes de que Warlord la tomara del cabello, y lo mismo hizo con Diana. Aproximó a ambas mujeres a su falo, y Power Girl fue la primera en empezar a lamerle los rastros de semen. El rostro de Wonder Woman fue restregado contra uno de los costados de aquel pene, y empezó a lamerlo con una leve muestra de asco. Las lenguas de ambas heroínas recorrieron el venoso miembro del varón, recolectando cada rastro de semen hasta que quedó completamente limpio.
—No lo voy a negar, putas. Hoy si se lucieron —aseguró Warlord, una vez que las mujeres terminaron.
—¿Vas a dejarnos en paz? —preguntó Diana, notablemente agitada.
—Por ahora si —afirmó Warlord mientras tomaba sus prendas del suelo—. Es más: son libres de intentar escapar.
Warlord se encaminó hacia la puerta, y al abrirla dejó entrar una fuerte luz. Al salir la dejó entreabierta, dejando sorprendidas a las dos heroínas. Diana gruñó y se levantó con dificultad, sintiendo dolor y peso en sus piernas. Karen, con iguales sensaciones, se paró detrás de su compañera. Ambas caminaron a prisas hacia la puerta y la abrieron, encontrándose con un pequeño espacio de medio metro entre la puerta y un muro hecho de una brillante roca blanca.
—No —murmuró Diana antes de empezar a golpear el muro, dejando manchas de su sangre—. No, no, ¡no!
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Power Girl/Wonder Woman: Esclavas de Warlord